Humberto Tenedor: poeta y hombre entrañable

HUMBERTO TENEDOR, POETA Y HOMBRE ENTRAÑABLE

Jose S.Carrasco Molina

Es algo evidente que, si repasamos los manuales de Literatura, muy pocos poetas murcianos encontramos ; si acaso, la figura de Vicente Medina ya en el siglo XX.
Sin embargo, la poesía se ha cultivado y mucho en nuestra Región, aunque haya sido por poetas locales que no han alcanzado el renombre suficiente para “exportar” sus versos fuera de los límites del terruño. Bueno será, pues, que, al menos, entre los que habitamos esta región, vayamos comunicándonos los nombres de todos estos cultivadores de cualquiera de las artes que no merecen el olvido.
Y desde Abarán, ya susurro un nombre : Humberto Tenedor, poeta y hombre entrañable al mismo tiempo. Humberto, como así se le conocía en Abarán, nació en 1927 y murió en 1958. Su vida fue, por tanto, muy corta, apenas treinta y un años, pero lo suficientemente intensa como para dejar un recuerdo imborrable en todos los abaraneros de su tiempo. Su personalidad tiene mucho que ver con la de García Lorca : era, al igual que Federico, amante y cultivador de la poesía, era actor de teatro, era culto pero cercano y amante de las cosas de los pueblos (cuentos, anécdotas), tocaba el piano, poseía un gran atractivo personal, era el centro de cualquier reunión, y, como último y doloroso rasgo en común, la muerte les sobrevino en plena juventud.
Dice de él su gran amigo y catedrático de Literatura, José García Templado, que “sentía un impulso interior hacia la belleza. La veía en todo. Veía incluso el lado estético de las situaciones dolorosas, por su valor de denuncia”. Y sigue afirmando : “Si algo motivó a Humberto en profundidad fue la poesía, en el más amplio sentido de la palabra. Encontraba poesía en una puesta de sol y en el juego del caliche de la Era ; en la Sinfonía Incompleta de Schubert y en la enorme sartén de gachasmigas ruleras un día de matanza ; en la mirada de una chica y en la desolación de las huertas después de la riada.”
Humberto inició sus primeros escarceos literarios con versos de juventud, pero lo más impresionante de sus poesías es la perfección que alcanzaron en tan poco tiempo. Es una pena que la muerte le llegara tan pronto, pues habría podido conseguir una obra poética de altura. Según García Templado, “su pluma fue su consuelo y, a veces, la expresión de su dolor”.
Humberto bebe en el mundo fascinante de Rubén Darío. Quiso crear un nuevo lenguaje para la poesía y comenzó a construir su torre de marfil. La mitología le proporcionó un importante bagaje de vocabulario. La dificultad de comprensión de algunos de sus poemas, sin embargo, está a veces en la complejidad conceptual más que en la selección léxica. Los temas son muy variados : religiosos, mitológicos, la Naturaleza, el tiempo, el amor, la muerte,...Este último fue el más significativo. Humberto nos dejó demasiado pronto y de una penosa enfermedad. He aquí un ejemplo, el final de “Lucubración”:
No se aparta lo indigno del espíritu fuerte.
Esta noche, Dios mío, voy absorto a la muerte.
Y la carne está en vilo, y el espíritu ajeno.
¡Esta noche, Dios mío, que anhelaba ser bueno !


Tiene igualmente poemas a casi todos los meses del año. He aquí los dos primeros cuartetos del soneto dedicado a Septiembre, el mes de Abarán, por excelencia :
Fúlgido, como ritmo en el espacio,
cede a la tierra idílicos temblores...
Peregrino de gris, en los colores,
pregona el viento que le da despacio.

Intacto cardinal. Tibio prefacio
que a Otoño incluye párdico y carente.
Frígido casi. Casi impenitente...
Impertérrito. Indómito. Reacio.
Es esta sólo una pequeñísima muestra de los cientos de versos que escribió, la mayoría de ellos desconocidos incluso para sus paisanos y que están esperando una merecida divulgación. A ella hemos intentado contribuir con este pequeño artículo.
JOSE SIMEÓN CARRASCO MOLINA
Cronista Oficial de Abarán