ENTREVISTA A JOSE CARRASCO MOLINA
- Nacido en Abarán el 18-2-56
- Actividad profesional: Catedrático de Instituto en el IES “Diego Tortosa” de Cieza en la especialidad de Lengua Castellana y Literatura
- Otras actividades:
Cronista Oficial de la Villa de Abarán desde 1983
VicePresidente del Centro de Estudios Abaraneros
Presidente de la Hermandad de los Santos Médicos de Abarán
- Qué es el Día del Niño?
- Es la denominación que se da a una fiesta que se celebra en Abarán el 6 de enero, día de la Epifanía del Señor, es decir, el Día de Reyes, que aquí pasa a denominarse Día del Niño y que es, sin duda, dentro del calendario anual, la fiesta más peculiar y participativa, pues no en vano es todo el pueblo el que se integra en ella, incluyendo también a aquellos que viven fuera y que hacen todo lo posible por estar presentes en su pueblo para esta fiesta. A ello hay que añadir la gran cantidad de forasteros que llega a disfrutar de esta fiesta, especialmente de los pueblos limítrofes.
La fiesta realmente empieza por la mañana con la Misa solemne que se celebra en la Parroquia de San Pablo y que se canta en latín, Misa que es la misma que se canta en la Misa del Gallo y que se viene cantando ya varias décadas y que fue compuesta por José ramón Gomis. Tras ella, una imagen del Niño acompañada por los Reyes Magos, que han asistido también a Misa, se desplaza a la Residencia de Ancianos para ser adorada por los ancianos allí acogidos viviéndose los primeros momentos entrañables de la jornada.
Paralelamente, y desde hace unos veinte años, un grupo de abaraneros, portando una imagen del Niño se desplaza a los diferentes centros sanitarios para visitar a los enfermos de esta localidad que se encuentren en ellos.
Ya por la tarde, sobre las tres, hay una primera salida general de varias imágenes de la Parroquia de San Juan Bautista y que recorren los barrios más separados del centro urbano.
Pero el momento culminante de la fiesta es la salida de las imágenes de la Parroquia de San Pablo, la más antigua. Con el atrio rebosante de gente de todas las edades, sobre las ocho de la tarde, salen de la puerta lateral, las diferentes imágenes portadas por sacerdotes o seglares y acompañadas por un animero que, con su alforja y campanilla va anunciando la llegada del Niño en cada casa.. El pueblo prorrumpe en vivas y villancicos y los portadores apenas pueden abrirse paso para comenzar cada uno la ruta correspondiente. A partir de ese momento, todas las casas, una por una, recibirán la visita de la imagen del Niño, que será besada por cada uno de los familiares y amigos que se reúnen en el domicilio para ese fin. Al entrar en cada casa, el portador anuncia “El Niño Jesús en esta santa casa”, a lo que se responde “Bienvenido sea”, para despedirse con un “Hasta el año que viene”. Son aproximadamente, unas tres mil casas, por lo que el recorrido dura varias horas, recogiéndose las imágenes otra vez en la Parroquia de San Pablo pasadas las cinco de la madrugada del día siete de enero.
- ¿Cómo y cuándo surgió esta fiesta?
- La realidad es que no tenemos constancia documental para dar respuesta exacta a estas dos cuestiones. Es por ello por lo que debemos basarnos en hipótesis más o menos fiables. Sobre la antigüedad, podemos datar su origen como máximo dos siglos atrás. Y sobre el porqué, podemos esbozar dos posibilidades. Según una de ellas, la imagen del Niño, tras la Misa de la mañana sería llevada a las casas de los enfermos, que no habían podido besarla en la iglesia. Con el tiempo, también querrían hacer lo mismo, los familiares, vecinos... y así pasaría a visitar uno por uno todos los hogares del pueblo. Evidentemente, al principio, por ser el pueblo pequeño, sólo habría una imagen, y hoy son ya nueve.
Otra posibilidad, menos “literaria” pero quizás más real, sería que esta salida del Niño a las casas nacería con la finalidad de recoger fondos para las Animas, pues no hay que olvidar que es la Hermandad de Animas la organizadora y depositaria de la fiesta.
- ¿Cuál es su importancia en la localidad?
- Como ya he sugerido antes, es la manifestación popular que más trascendencia tiene, pues es la única que es vivida por TODAS las familias del pueblo. En Abarán, junto a este día, también hay otros dos momentos muy populares. Uno es la procesión de la Reverencia, el domingo de Resurrección, que reúne en la Plaza del Ayuntamiento y alrededores a miles de personas. Y el otro es la Procesión de los Santos Médicos el 26 de Septiembre, en la que también se reúne muchísima gente. Pero en el Día del Niño nadie queda fuera de la fiesta porque todas las casas le abren las puertas a la imagen del Niño.
- El grado de participación y modo de celebración ¿varía de unos colectivos a otros, de unos niveles socioeconómicos a otros?
- La verdad es que no hay gran diferencia, aunque está claro que, como la fiesta tiene una dimensión festiva junto con la religiosa, esa dimensión es más vivida por el sector más joven de la población. A la diversión en la calle con la música de villancicos se suma todo el pueblo, pero muy especialmente la gente joven y de mediana edad. Desde el punto de vista socioeconómico, no hay grandes diferencia, pues cada familia, en la medida de sus posibilidades, intenta obsequiar a los amigos que llegan a su casa con lo mejor que tiene en su despensa.
- ¿Cuál es el momento más importante para los abaraneros en general y para ti en particular?
- Pues hay tres momentos especiales, cada uno con su significación. El primero es la salida de los Niños de la Parroquia de San Pablo y tiene un carácter multitudinario, pues miles de personas se arraciman para esperar que hagan su aparición las imágenes. El segundo es la visita a cada casa, que tiene un carácter más íntimo y familiar. Y el tercero es la recogida, que, ya muy entrada la madrugada, es un recuerdo a los difuntos que ya no están participando de la fiesta. Yo le encuentro un encanto especial a los tres, pero me quedo con la llegada de la imagen a mi casa con lo que supone de unión entre la familia y entre los amigos. Por otra parte, es tremendamente entrañable y emotiva la visita del Niño a las casas en que ha habido algún fallecido durante el último año, pues el silencio es sobrecogedor y las lágrimas afloran abundantemente.
- ¿Qué sentimiento es el que hace tan especial e importante este Día, el religioso o el sociofamiliar?
- Los dos van unidos indisolublemente. Es evidente que el origen de la fiesta es religioso, pero también está claro que, en una sociedad laica como la nuestra, no podemos obligar a nadie a que sienta la fe en su interior. Sin embargo, sí hay que hacer notar el que, aún a pesar de que, como está claro, no en todas las familias se vive un ambiente cristiano, sin embargo, ninguna se niega a la visita del Niño y todas lo reciben con un respeto realmente digno de mención.
- ¿Podrías hablarme de la figura de los Animeros?
- La Hermandad de Ánimas ha celebrado este año el primer centenario de su existencia o, al menos, de que hay constancia escrita de su fundación. A lo largo del tiempo, siempre han sido gente muy sencilla sus componentes, aunque ya hoy sus edades y extracción social son bastante diferentes. Su finalidad primera era la de organizar esta fiesta en todos sus aspectos y dedicar el dinero recogido en cada casa para decir misas a las Animas durante el año. Hoy la mayor parte de lo recaudado se destina a la organización de la fiesta (pólvora, bandas de música, publicaciones...), dejando también un porcentaje para cada una de las dos Parroquias.
En relación con su papel en la fiesta, ellos son los que portan las imágenes (pues ya cada vez son menos los sacerdotes), los que llevan la alforja y la campanilla que anuncia que pronto va a llegar el Niño a la casa y los que llevan (aunque ya hoy esta costumbre se ha perdido) dos faroles acompañando a cada imagen y que indican el lugar exacto en que se encuentra el Niño.
La realidad es que su trabajo tiene un gran mérito porque son horas y horas de intensa actividad y, por supuesto, sin esperar ninguna recompensa a cambio, sólo la satisfacción de haber colaborado en que esta tradición no desaparezca.
- La emoción y el sentimiento por este Día, a nivel individual e íntimo, ¿crees que es la misma a lo largo de toda la vida de un abaranero?
- Está claro que la evolución psicológica de la persona influye en todas las facetas de su vida y el disfrute y la vivencia de la fiesta no podía ser menos. Si de niños o jóvenes, nos atraía más la vivencia de la fiesta en la calle, conforme vamos cumpliendo años, nos es más atrayente la vivencia familiar. No obstante, todas las edades participan, en mayor o menor grado, de ambas vertientes de la fiesta. Y, al igual que se ve a gente muy mayor, bailando al son de villancicos en la calle, se observa a los adolescentes y jóvenes estar pendientes del reloj para no llegar tarde a la visita del Niño a su casa.
- ¿Cómo describiría esta fiesta a una persona que nunca ha estado en Abarán el 6 de enero?
- La verdad es que es muy difícil, porque al ser una fiesta que tiene una fuerte dimensión personal y familiar, el que viene de fuera muchas veces puede sentirse defraudado. ¿Cómo explico yo el sentimiento de besar cada año el niño junto a mis padres y hermanos? ¿Cómo se puede explicar lo que se siente en esas casas en que un familiar a fallecido o hay un enfermo grave? ¿Cómo se puede expresar esa ansiedad porque llegue el Niño que siente cada familia o ese recuerdo a los difuntos en la recogida o esa ansia por tocar las imágenes a la salida entre la multitud? Y es que esta fiesta, más que interés turístico (como algunos defienden), tiene un interés humano.
- ¿Crees que hay algo que debería cambiarse?
- No podemos pretender volver a la vivencia de la fiesta de hace cincuenta o cien años, cuando el componente familiar y religioso era mucho más importante que el puramente lúdico. Los tiempos cambian y no se puede ir contracorriente. Hay que aceptar la fiesta como hoy es y procurar, eso sí, potenciar lo autóctono y suprimir aquello que se le va añadiendo en aras de una mayor “pomposidad”. El origen de la fiesta es sencillo y esa sencillez debe presidirla siempre.
- Nacido en Abarán el 18-2-56
- Actividad profesional: Catedrático de Instituto en el IES “Diego Tortosa” de Cieza en la especialidad de Lengua Castellana y Literatura
- Otras actividades:
Cronista Oficial de la Villa de Abarán desde 1983
VicePresidente del Centro de Estudios Abaraneros
Presidente de la Hermandad de los Santos Médicos de Abarán
- Qué es el Día del Niño?
- Es la denominación que se da a una fiesta que se celebra en Abarán el 6 de enero, día de la Epifanía del Señor, es decir, el Día de Reyes, que aquí pasa a denominarse Día del Niño y que es, sin duda, dentro del calendario anual, la fiesta más peculiar y participativa, pues no en vano es todo el pueblo el que se integra en ella, incluyendo también a aquellos que viven fuera y que hacen todo lo posible por estar presentes en su pueblo para esta fiesta. A ello hay que añadir la gran cantidad de forasteros que llega a disfrutar de esta fiesta, especialmente de los pueblos limítrofes.
La fiesta realmente empieza por la mañana con la Misa solemne que se celebra en la Parroquia de San Pablo y que se canta en latín, Misa que es la misma que se canta en la Misa del Gallo y que se viene cantando ya varias décadas y que fue compuesta por José ramón Gomis. Tras ella, una imagen del Niño acompañada por los Reyes Magos, que han asistido también a Misa, se desplaza a la Residencia de Ancianos para ser adorada por los ancianos allí acogidos viviéndose los primeros momentos entrañables de la jornada.
Paralelamente, y desde hace unos veinte años, un grupo de abaraneros, portando una imagen del Niño se desplaza a los diferentes centros sanitarios para visitar a los enfermos de esta localidad que se encuentren en ellos.
Ya por la tarde, sobre las tres, hay una primera salida general de varias imágenes de la Parroquia de San Juan Bautista y que recorren los barrios más separados del centro urbano.
Pero el momento culminante de la fiesta es la salida de las imágenes de la Parroquia de San Pablo, la más antigua. Con el atrio rebosante de gente de todas las edades, sobre las ocho de la tarde, salen de la puerta lateral, las diferentes imágenes portadas por sacerdotes o seglares y acompañadas por un animero que, con su alforja y campanilla va anunciando la llegada del Niño en cada casa.. El pueblo prorrumpe en vivas y villancicos y los portadores apenas pueden abrirse paso para comenzar cada uno la ruta correspondiente. A partir de ese momento, todas las casas, una por una, recibirán la visita de la imagen del Niño, que será besada por cada uno de los familiares y amigos que se reúnen en el domicilio para ese fin. Al entrar en cada casa, el portador anuncia “El Niño Jesús en esta santa casa”, a lo que se responde “Bienvenido sea”, para despedirse con un “Hasta el año que viene”. Son aproximadamente, unas tres mil casas, por lo que el recorrido dura varias horas, recogiéndose las imágenes otra vez en la Parroquia de San Pablo pasadas las cinco de la madrugada del día siete de enero.
- ¿Cómo y cuándo surgió esta fiesta?
- La realidad es que no tenemos constancia documental para dar respuesta exacta a estas dos cuestiones. Es por ello por lo que debemos basarnos en hipótesis más o menos fiables. Sobre la antigüedad, podemos datar su origen como máximo dos siglos atrás. Y sobre el porqué, podemos esbozar dos posibilidades. Según una de ellas, la imagen del Niño, tras la Misa de la mañana sería llevada a las casas de los enfermos, que no habían podido besarla en la iglesia. Con el tiempo, también querrían hacer lo mismo, los familiares, vecinos... y así pasaría a visitar uno por uno todos los hogares del pueblo. Evidentemente, al principio, por ser el pueblo pequeño, sólo habría una imagen, y hoy son ya nueve.
Otra posibilidad, menos “literaria” pero quizás más real, sería que esta salida del Niño a las casas nacería con la finalidad de recoger fondos para las Animas, pues no hay que olvidar que es la Hermandad de Animas la organizadora y depositaria de la fiesta.
- ¿Cuál es su importancia en la localidad?
- Como ya he sugerido antes, es la manifestación popular que más trascendencia tiene, pues es la única que es vivida por TODAS las familias del pueblo. En Abarán, junto a este día, también hay otros dos momentos muy populares. Uno es la procesión de la Reverencia, el domingo de Resurrección, que reúne en la Plaza del Ayuntamiento y alrededores a miles de personas. Y el otro es la Procesión de los Santos Médicos el 26 de Septiembre, en la que también se reúne muchísima gente. Pero en el Día del Niño nadie queda fuera de la fiesta porque todas las casas le abren las puertas a la imagen del Niño.
- El grado de participación y modo de celebración ¿varía de unos colectivos a otros, de unos niveles socioeconómicos a otros?
- La verdad es que no hay gran diferencia, aunque está claro que, como la fiesta tiene una dimensión festiva junto con la religiosa, esa dimensión es más vivida por el sector más joven de la población. A la diversión en la calle con la música de villancicos se suma todo el pueblo, pero muy especialmente la gente joven y de mediana edad. Desde el punto de vista socioeconómico, no hay grandes diferencia, pues cada familia, en la medida de sus posibilidades, intenta obsequiar a los amigos que llegan a su casa con lo mejor que tiene en su despensa.
- ¿Cuál es el momento más importante para los abaraneros en general y para ti en particular?
- Pues hay tres momentos especiales, cada uno con su significación. El primero es la salida de los Niños de la Parroquia de San Pablo y tiene un carácter multitudinario, pues miles de personas se arraciman para esperar que hagan su aparición las imágenes. El segundo es la visita a cada casa, que tiene un carácter más íntimo y familiar. Y el tercero es la recogida, que, ya muy entrada la madrugada, es un recuerdo a los difuntos que ya no están participando de la fiesta. Yo le encuentro un encanto especial a los tres, pero me quedo con la llegada de la imagen a mi casa con lo que supone de unión entre la familia y entre los amigos. Por otra parte, es tremendamente entrañable y emotiva la visita del Niño a las casas en que ha habido algún fallecido durante el último año, pues el silencio es sobrecogedor y las lágrimas afloran abundantemente.
- ¿Qué sentimiento es el que hace tan especial e importante este Día, el religioso o el sociofamiliar?
- Los dos van unidos indisolublemente. Es evidente que el origen de la fiesta es religioso, pero también está claro que, en una sociedad laica como la nuestra, no podemos obligar a nadie a que sienta la fe en su interior. Sin embargo, sí hay que hacer notar el que, aún a pesar de que, como está claro, no en todas las familias se vive un ambiente cristiano, sin embargo, ninguna se niega a la visita del Niño y todas lo reciben con un respeto realmente digno de mención.
- ¿Podrías hablarme de la figura de los Animeros?
- La Hermandad de Ánimas ha celebrado este año el primer centenario de su existencia o, al menos, de que hay constancia escrita de su fundación. A lo largo del tiempo, siempre han sido gente muy sencilla sus componentes, aunque ya hoy sus edades y extracción social son bastante diferentes. Su finalidad primera era la de organizar esta fiesta en todos sus aspectos y dedicar el dinero recogido en cada casa para decir misas a las Animas durante el año. Hoy la mayor parte de lo recaudado se destina a la organización de la fiesta (pólvora, bandas de música, publicaciones...), dejando también un porcentaje para cada una de las dos Parroquias.
En relación con su papel en la fiesta, ellos son los que portan las imágenes (pues ya cada vez son menos los sacerdotes), los que llevan la alforja y la campanilla que anuncia que pronto va a llegar el Niño a la casa y los que llevan (aunque ya hoy esta costumbre se ha perdido) dos faroles acompañando a cada imagen y que indican el lugar exacto en que se encuentra el Niño.
La realidad es que su trabajo tiene un gran mérito porque son horas y horas de intensa actividad y, por supuesto, sin esperar ninguna recompensa a cambio, sólo la satisfacción de haber colaborado en que esta tradición no desaparezca.
- La emoción y el sentimiento por este Día, a nivel individual e íntimo, ¿crees que es la misma a lo largo de toda la vida de un abaranero?
- Está claro que la evolución psicológica de la persona influye en todas las facetas de su vida y el disfrute y la vivencia de la fiesta no podía ser menos. Si de niños o jóvenes, nos atraía más la vivencia de la fiesta en la calle, conforme vamos cumpliendo años, nos es más atrayente la vivencia familiar. No obstante, todas las edades participan, en mayor o menor grado, de ambas vertientes de la fiesta. Y, al igual que se ve a gente muy mayor, bailando al son de villancicos en la calle, se observa a los adolescentes y jóvenes estar pendientes del reloj para no llegar tarde a la visita del Niño a su casa.
- ¿Cómo describiría esta fiesta a una persona que nunca ha estado en Abarán el 6 de enero?
- La verdad es que es muy difícil, porque al ser una fiesta que tiene una fuerte dimensión personal y familiar, el que viene de fuera muchas veces puede sentirse defraudado. ¿Cómo explico yo el sentimiento de besar cada año el niño junto a mis padres y hermanos? ¿Cómo se puede explicar lo que se siente en esas casas en que un familiar a fallecido o hay un enfermo grave? ¿Cómo se puede expresar esa ansiedad porque llegue el Niño que siente cada familia o ese recuerdo a los difuntos en la recogida o esa ansia por tocar las imágenes a la salida entre la multitud? Y es que esta fiesta, más que interés turístico (como algunos defienden), tiene un interés humano.
- ¿Crees que hay algo que debería cambiarse?
- No podemos pretender volver a la vivencia de la fiesta de hace cincuenta o cien años, cuando el componente familiar y religioso era mucho más importante que el puramente lúdico. Los tiempos cambian y no se puede ir contracorriente. Hay que aceptar la fiesta como hoy es y procurar, eso sí, potenciar lo autóctono y suprimir aquello que se le va añadiendo en aras de una mayor “pomposidad”. El origen de la fiesta es sencillo y esa sencillez debe presidirla siempre.
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