sábado, 31 de mayo de 2008

LEER POESÍA ¿POR QUÉ NO?

LEER POESÍA ¿POR QUÉ NO?
(Publicado en LA OPINION el 29 de abril de 2008)
No hay más que darse una vuelta por los escaparates de cualquier librería para comprobar que apenas se ven en ellos libros de poesía, y el hecho es que se publican al año centenares de ellos, pero es evidente que la novela le gana el pulso en cuanto a difusión e índice de lectura y muy poca gente responderá, si le preguntamos, que está leyendo un libro de poesía y, sin embargo, la poesía presenta una gran ventaja sobre la narración y es que cada poema es un universo que podemos conocer y disfrutar en unos pocos minutos y, además, volver sobre ella porque siempre está viva. El recientemente desaparecido, para desgracia de la literatura, Ángel González, afirmaba lo siguiente:
“La poesía es una lectura que no se gasta; en cambio, lees una novela y ya está consumida”
No se trata de establecer una competición entre los diversos géneros literarios, porque de lo que se trata es de leer, pero es indudable que la palabra alcanza un mayor protagonismo en la lírica. Así lo corrobora también el poeta asturiano:
“En ningún género literario, la lengua desempeña un papel tan preponderante como en la poesía”.
Y es que en la poesía se exprime la palabra, y no sólo es vehículo de una idea, sino también material sonoro, porque no hay buen verso si no se desprende de él una música afinada, si no despide un buen sonido. Es por ello por lo que la poesía no basta con ser leída en la intimidad; exige, para disfrutarla del todo, ser recitada y bien recitada.
Pero, presentando todos estos valores, es también cierto que el mundo de la lírica es tan variado y a veces laberíntico que, para comenzar a adentrarse en él, se hace necesario un guía que nos vaya orientando entre tantos estilos, movimientos o tendencias, y más si pretendemos entrar en la poesía reciente. Porque la poesía no se acaba con los clásicos que aparecen en los libros de texto, no acaba con Garcilaso, Quevedo, Bécquer o incluso García Lorca. Muy al contrario, en los últimos cincuenta años hay una gran floración de poetas, algunos de gran valor, y hoy basta asomarse al mundo de los concursos literarios para comprobar el número tan exagerado de premios de poesía y de participantes en ellos. La poesía está viva hoy y se sigue escribiendo de los problemas del hombre, del paso del tiempo, del amor y desamor… aunque con un tono más acorde con el mundo que nos rodea.
Si leemos a los novelistas actuales, ¿por qué no hacer lo mismo con los poetas? Haciendo de ese guía del que antes hablaba, un buen poeta para aterrizar en la poesía reciente: ANGEL GONZÁLEZ. Él consigue el “milagro” de hacer poesía de lo cotidiano y acabar con esa imagen de la poesía como algo elitista que sólo pueden disfrutar unos pocos elegidos. Y tiene poemas para muchas situaciones vitales: para los jueves o los domingos, para el otoño o el cumpleaños, para los días de lluvia o los de frío…y todo ello con un lenguaje accesible para una inmensa mayoría, pero al mismo tiempo de una gran calidad literaria. Aunque es una tarea muy difícil seleccionar sus mejores versos, ahí van como colofón, dos que nos acercan a ese mundo tan maravilloso como es el de su poesía y que ojalá sirvan de anzuelo para aquellos que no se han acercado aún a la obra de este asturiano cuyo recuerdo está aún tan caliente:
El mar mordía los acantilados
con sus dientes de espuma verde y blanca

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